Plástico, juguetes, personas,
números… No hay diferencia, han llegado del mismo sitio. La madre de hierro los
llama, acuden a verla. Madre ha muerto. Abuela ha hecho lo indicado.
¿De quién es la voz que se
escucha, a quién le haba?
Murmura, es lo único que alcanzo
a escuchar. La guitarra del hombre tirado en la arena se llena de cangrejos, Carcinos
que la diosa ha enviado para custodiar sus dominios. Para el borracho poco
vale. Cuando el alcohol se apodera de su ser, el universo se convierte en su
aliado.
La bendición que el cuerpo recibe
con la embriaguez de cualquier licor, del más costoso al más barato, es
convertirse en hule. Lo que sea que pase: caer de un edificio, ser arrollado
por un bulldozer, lo que sea… el ebrio es inmune al mundo que aún habitan los
seres de plástico, frágil y vulnerable ante la muerte.
-Podrían matarme por lo que voy a
decirte.
-Pueden matarte paseando a tu
perro.
MIRANDA3X86, Bitácora de
Caminante Contaminante. 2015
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