Tanta es la necesidad de emociones
pequeñas, pero con un resultado tan contundente que ahora he descubierto una
nueva afición en el baño. Estoy fabricando cápsulas de jabón, no importa si es
muy perfumado, muy amargo o lo que se te ocurra; lo único que importa es
meterlas en la naríz y esperar o aguantar hasta que se deslice poco a poco para
abandonar el cuerpo. Es importante
respirar hasta que salgan lágrimas burbujeantes.
Bulldozer-Miranda
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