Se debió a un problema serio que
el poeta abandonara su asiento, en defensa de su actividad, golpeó al
imbécil que lo ofendió. Acción que cualquiera en su lugar hubiera ejercido. Es
cómico golpear al que ofende el espíritu. El agredido buscará la manera de
encontrar el perdón en sus espectadores; culpará por los medios posibles a su
agresor. El comediante de pacotilla jamás comprenderá que su persona es la peor
desgracia que pudo haberse engendrado.
MIRANDA3X86, bitácora de Caminante
Contaminante. 2015
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