El fracaso es el mejor mentor.
Uno aprende a temerle para dar todo de sí. ¿Contar nuestros éxitos? ¿Para qué?,
mejor hablemos de nuestras derrotas, esos momentos en los que el mundo se venía
sobre nosotros y que cuando unos tiraban la toalla por desesperación, otros nos
empeñamos en seguir de frente al Sol, sortear la guadaña de la Muerte y
levantarnos como el ave fénix, más poderosos que nunca. 2015, estás en nuestras
manos. Mundo, importarás cuando nuestro nombre sea aclamado.
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