Un
acto que es cruel y excitante al mismo tiempo, no es perjudicial, es reflejo
nuestro. Un montaje teatral que obliga al público individual y colectivo a
plegarse en su asiento, a la espera de la próxima renovación, estimula la
capacidad creadora, la inteligencia grupal. En una batalla de imágenes,
actores, performances y fetiches, cada escena futura será más punzante que la
anterior, es parte del rito de purificación y tentación.
No
será un aguijonazo intelectual únicamente, sino también una invitación caníbal.
Antes que todo, no hay conocimiento sin pulsión. Experimentar todo lo oscuro
que guarda nuestra conciencia política.
RELACIONES DE PODER. 2015
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